sábado, 15 de febrero de 2014

Un día alemán

Es ist ein bisschen schwer, mit dem Deutsch auf die Reihe zu bekommen.

Hoy he tenido un día alemán. 
Los días "inserte aquí nacionalidad/idioma/país" son esos en los que te comes el mundo, entiendes todo, que tu DNI empieza a mutar, que se te escurre la españolidad y lo mismo hasta dices un "de eso no opino porque no tengo ni idea".

He pasado el día en Frankfurt am Main (o Fráncfort del Memno en español). Al margen del milagrito de no haber comprado nada en el rastro (Flohmarkt para los amigos kartoffelianos), he tenido que hablar alemán (o intentarlo, vaya) con la chica con la que había quedado. Oigan, y nos hemos reído y todo, a pesar de las dificultades.

Además, hemos comido en un restaurante en el que estuve hace dos semanas y en el que mantuve una conversación bastante desastrosa con el camarero. Pues hoy ya he podido pedir como una pro, así que pasando vergüenza es como se aprende, señores.

Con todo, nada puede librarme del momento vergüenza del día. Hoy ha sido en los baños de la estación de tren. Antes que nada, os comento. Mi táctica de paleta internacional consiste en observar e imitar. Yo observé que la gente pagaba en la máquina, cogía el recibo y pasaba la barrerita modelo "metro español". Bueno, yo me lancé a imitar pero la barrerita de marras no se abría. Mi impaciencia no se debía a que no me pudiese aguantar más la gota fría, sino a que detrás venían hordas de incontinentes sin Tena Lady. ¿Y qué hice? Pasar el recibo por una luz de la barrera. ¿Y qué era el recibo en realidad? Un bono descuento para algunos comercios de la estación. Olé ahí la paleta de las gallinas.
Total, la barrera acabó abriéndose, aunque fue porque otra mujer pagó y se abrió para ella (me imagino que fue así porque aquello se puso a pitar como loco).
Pero vaya, que yo, lo que se dice orinar, oriné.

A lo que iba, tan alemán ha sido el día que una chica nos ha preguntado algo en inglés y no podía contestarle. Tampoco es que sea una cosa como para alegrarse, eso de que el cerebro empiece a tener cortocircuitos es que hasta duele de verdad, pero que me quiten lo bailao. Que estoy contenta y punto. Aunque no sepa abrir las puertas.

P.D: orinar en alemán se dice urinieren o Harn lassen ("orina dejar"). Scham es vergüenza y sich schämen, pasar vergüenza.

2 comentarios:

  1. Yo también la lié la primera vez que usé esos lavabos, que eso empezó a pitar con luz roja y yo no sabía si meter el descuento en la máquina, si los tenía que pasar por rayos rojos de esos en plan cajera de súper, o qué. Verás qué pechás de reí nos vamos a meter cuando vengas...

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